PUTA


¡Sos una puta!, le gritó desgarradoramente mi vecino a su novia una noche calurosa de verano en la que mi mamá y yo veíamos la televisión, sentadas en la sala de nuestra casa. ¿Qué pasará?, dijo mi mamá… ¿Por qué la Caro era una puta, según Roberto?, y ¿Por qué se lo gritaba a la cara en altas claras y pausadas voces frente a todo el vecindario a esas horas de la noche, cuando todos podían escucharlo?. La razón (según él, válida): Ella acababa de confesarle que le había sido infiel con un compañero de trabajo, para vengarse por la infidelidad que él había cometido en su perjuicio, meses atrás con una conocida. En esa etapa de mi vida, no cuestioné en voz alta mi repudio contra el insulto que el desdichado acababa de proferirle a la pobre Caro, tenía yo 19 años y no sabía mucho de la vida, sin embargo, recuerdo haber pensado: “¿Y si la Caro es una puta por montarle los cachos, qué es él, si también hizo lo mismo? Mmmmmm… estúpidos moralismos inútiles”. 

¿A quién le llamamos puta?, ¿Cuáles son los parámetros para definir cuando una mujer es una puta?, ¿Es el intercambio de dinero por favores sexuales un requisito único para ser considerada una puta?. Recuerdo una vez haber escuchado decir a una señora: “Yo no soy puta, porque nunca he cobrado por sexo”; esa línea se volvió mi mantra por mucho tiempo, fue como mi argumento de defensa frente a la acusación impía de ser una puta; la palabra me parecía tan ofensiva en ese tiempo, era una acusación, un insulto, una afrenta contra la dignidad de cualquier fémina. 

Ahora con 39 años pienso que putas somos todas –imagino los seños fruncidos de mis amigas mientras leen estas líneas-, pero deténganse un momento a meditarlo: Si tenés un comportamiento sexual que emula al de un hombre, sos puta; si tomás la iniciativa antes que él, sos puta; si hacés el amor cuando te place y los disfrutás y no te da pena decirlo, sos puta; si has tenido más de un compañero sexual a lo largo de tu vida, sos puta; si no llegaste virgen al matrimonio, sos puta; si tuviste o tenés sexo con tus novios, sos puta; si sos una mujer que dice lo que piensa con toda libertad y sin miedo a ser juzgada por expresar tus opiniones, sos puta; si sos madre soltera, estás separada o divorciada, sos puta; si sos una mujer independiente y no te has casado porque no querés hacerlo; debes ser puta… y así.  Entonces, concluyo que yo soy una puta, las mujeres cuyos comportamientos no encajan en el “orden social” preestablecido, que nos “salimos del huacal”, siempre vamos a ser tildadas de “putas”. 

El término puta es una construcción social inventada por los hombres y acuñada por nosotras las mujeres –desafortunadamente-, como un mecanismo de control sobre la vida sexual y el ejercicio de las libertades individuales de las mujeres; una estrategia que le permite a los hombres y a la sociedad en general, decirnos el cómo, cuándo, dónde y con quién debemos relacionarnos. 

Entonces, si no te gusta que te controlen y no encajas en esos “estándares”; que no te de miedo ser una puta y sentite orgullosa de serlo, no le temás a la palabra, desestigmatizala, dejá de percibirla como un insulto y, aún más importante: No la utilices como un insulto para señalar a otra mujer, no perpetúes el círculo de la ignorancia. De manera que, si sos como yo, una mujer libre y sin miedo, la próxima vez que alguien quiera ofenderte diciéndote: PUTA, podés decirle sin temor ni reparo: Sí, soy puta ¿y qué?, vas a ver cómo les callas la boca. 

Comentarios

  1. Mmmm, quizas solo sea un insulto que se viene primero a la cabeza en un momento de cólera/frustración. Digo, así es la gente.

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  2. sin ofender a nadie, la palabra puta es comun en nuestros medio y la palabra pendejo tambien de que se ofenden quizas es de quien proviene quien lo diga?.

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  3. Nunca pensé que volvería a curarme de mi herpes, he estado teniendo herpes desde el año pasado en julio, hasta que un día realicé una investigación en Internet donde vi a alguien dar testimonio sobre cómo el Dr. Ogala lo ayudó a curar su herpes con su medicina natural a base de hierbas, me sorprendió mucho cuando vi el testimonio, y también tengo que ponerme en contacto con el médico herbolario (Dr. Ogala) en su correo electrónico, que la señora recomendó a cualquier persona que también pudiera necesitar ayuda. Estoy muy agradecido con este hombre porque me ha devuelto la salud y me ha vuelto una persona feliz. Cualquier persona que pueda estar enfrentando el mismo problema debe comunicarse con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com o WhatsApp +2348052394128

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