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Mostrando las entradas de diciembre, 2015

MI TOUR AL MERCADO CENTRAL, EL GUACAL DE ZIN Y EL MONTÓN DE COMPRADOS.

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Ahora fui al centro a hacer mis “comprados”. Como algunos de ustedes ya saben, acostumbro hacer mis compras en el mercado Sagrado Corazón, los domingos en compañía de mi hermana; pero vaya, nos ganó la hueva y no fuimos, así que como ya sólo tenía dos cebollas en la refri, me aventuré a ir yo solita, con la idea de traer sólo lo necesario para cubrir los tres tiempos hasta el fin de semana. Entonces, me apié allí por el ex Simán, que hoy le mientan: “Plaza Centro”, bajé hasta donde era… o es, no sé, la “Galería Central”, en ese punto empieza el recorrido que hacemos los domingos con la sister, tenemos un sistema bien estructurado que no admite improvisaciones y va de la siguiente manera: Tortillas, embutidos, productos importados (sí, en el mercado central tenemos proveedor de comida importada y no somos creídas), pollo, carnes, verdurita cortada para la sopa, olor, parada obligatoria para tomarnos una horchata, abarrotería, comida para los perros, fruta, verduras y pan de ori

POR EL PRIVILEGIO DE SER MUJER.

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Cada vez que una mujer toma el coraje suficiente para expresar sus opiniones con cierta libertad, tiene que estar preparada emocionalmente para lo que viene, incluso si se expresa con propiedad y hace buen uso de las palabras. Por lo general, la reacción natural de quienes la escuchan o la leen es de censura inmediata; esta reprobación automática ha existido desde siempre, es una suerte de reflejo condicionado, una necesidad de condenar, minimizar y desacreditar las opiniones que vengan de una mente femenina; y por salud mental, una debe hacer de tripas corazón para enfrentar y tolerar lo que venga, porque es el precio que hay que pagar por el “privilegio” de ser mujer. Muchas mujeres tienen pensamientos muy abiertos y acertados, cargados de sentido común, opiniones inteligentes, con gran valor crítico; pero no alzan la voz, viven bajo el temor constante de  decir lo que piensan, por miedo a ser censuradas, ultrajadas verbalmente, desacreditadas y transgredidas, porque siempre