RELATO ERÓTICO #1: El Escritor
La primera vez que lo vi, contaba yo dieciocho tiernos años y él era bastante mayor. Frecuentábamos los mismos círculos, pero nunca cruzamos palabra. Me gustaba verlo leer, memoricé sus gestos y sus rasgos, las líneas de expresión que ya empezaban a surgir alrededor de sus ojos, la tozudez de sus manos y aquel tono de voz como de catarro descuidado con el que leía sus versos. Como un acto enfermizo, casi masoquista, me enamoré. Pero nunca me miró. Como pasa siempre con los afectos no correspondidos, eventualmente perdí el interés y mi vida siguió su curso, y un día, así sin más, dejé de pensar en él. Dos décadas más tarde lo encontré de casualidad, conservaba la misma mirada, la misma sonrisa, los mismos ojos castaños y a pesar de su cabello ya encanecido, para mí continuaba siendo el mismo. Nos miramos. Me sonrió y pasó de largo, pero esta vez me negué a ser invisible y decidí escribirle. Fue un texto corto, pero directo: “Cuando era una niña, estaba enamorada de vos”. No