YO, MI INDEPENDENCIA Y MI GRAN BOCA.


Yo siempre he sido una mujer todo terreno, de plan y ladera (que le mientan), independiente y con mucha seguridad en sí misma, por eso, cuando salgo con alguien siempre me ofrezco a pagar mi parte o la totalidad de la cuenta, dependiendo de como le vea la economía al sujeto o sujeta ("sujeta"... jajajajaja ok, eso fue gracioso), en fin. Cierta vez, salí con un folliamigo (dícese de un amigo al que te follas de manera más o menos consuetudinaria); entonces, luego de comer y beber nos fuimos a un motel. Ya en el lugar, pues lo típico, entrás, te acomodás y esperás el "tun, tun, tun" de la ventanilla de madera para pagar el rato. 

Como él había pagado la comida, yo le dijo: "nambe, yo pago", entonces me acerqué a la ventanilla y sale una chava y me dice: "Las cuatro horas cuestan dieciocho dólares, las seis horas: veinte y la noche: treinta", entonces yo que soy jocosa, le digo a la tipa: "Nambe hija, si este man en media hora se me va a estar muriendo, que sean las cuatro horas nomas" jajajajaja. La tipa trató de no reírse, lo juro, se le notaba el esfuerzo, pero al final cedió al chiste y se dejó ir una sonora carcajada (habrán ustedes de imaginarse el eco con el que resuena una carcajada en una habitación de motel).

Pues acto seguido le dí la plata y fin de la transacción, obviamente la risa de la tipa todavía se escuchaba a la distancia y pues, yo también me seguía riendo cuando me volví hacia mi amigo y me encontré con una mirada inquisidora, el man estaba emputado, rojo de la cólera y que yo me siguiera partiendo de risa mientras me disculpaba, no ayudaba demasiado jajajaja. 

Se me hizo el rogado por un lapso como de diez minutos, tuve que convencerlo para que se dejara querer, pero al final cedió, así de mala gana, pero cedió (yo no iba a perder esos dieciocho pesos, chis ve jajaja), pues bueno, con esa experiencia aprendí a no hacer bromas sobre la virilidad de un individuo minutos antes de encamarme con él. Pero mi reflexión final es: Y si ya saben cómo soy, para qué me invitan?, digo yo veá.

NO, ASÍ NO SON LAS COSAS. NO, NO ME VOY A QUEDAR CALLADA.


“Vero, no te enfades, linda”, “Vero, no te enojés”, “Vero, no hagás corajes”, “Vero, así son las cosas y nunca van a cambiar”, “Vero, no les hagás caso”, “Vero, así son los hombres”. Estas son las frases que siempre me repiten cuando me pronuncio en contra del acoso, el abuso y las agresiones, ¿les suena familiar?.

¿Por qué?, ¿por qué me tengo que quedar callada?, ¿porque vos decís?, ¿porque así son las cosas? o ¿porque soy mujer?. Pues les tengo noticias, las cosas no tienen por qué ser así y ustedes tampoco tienen que quedarse calladas, ¿saben por qué?, porque su opinión cuenta, su opinión es importante y nadie tiene el derecho de anularla.

A vos, compañera ¿te gusta que cuando vas por la calle, cualquier desconocido te diga que te ves “rica” o que tenés un “buen culo”?, ¿te gusta que desconocidos te envíen mensajes dándote opiniones sobre tu apariencia, bajo el argumento de que “te ves linda”?, ¿te gusta que asuman que tenés la obligación de estar agradecida por sus cumplidos?, ¿no te ofende que haya tipos que creen que pueden invadir tu espacio personal solo porque sos mujer y que te digan que tenés que aguantarlo porque “así son las cosas y no van a cambiar”?, ¿te gusta que te digan cómo tenés que sentirte cuando alguien transgrede tu espacio y tu libertad individual?.

Vivimos en una sociedad en donde a las mujeres se nos dice que debemos conformarnos con aceptar las cosas como son y permanecer inertes ante los abusos, donde hay hombres que todavía creen que tienen derecho a acosarte virtual o físicamente y la única reacción que se espera de nosotras es mutismo.

Me rehúso a abstenerme de externar mi opinión, me rehúso a conformarme con que "así son las cosas". No, las cosas no son así y si tengo que decirlo miles de veces hasta hacerlos entender que mi condición de mujer no es una ventana abierta a las insinuaciones, lo voy a hacer hasta quedarme sin aliento.

Compañera, yo me pronuncio por vos, sí por vos que decís que me conforme, pero que te sentís invadida cuando un hombre te dice una gosería, por vos que me decís que así son las cosas pero has llorado de rabia cuando en el colectivo te tocan las nalgas, por vos que me decís que me calme pero has agachado la cabeza y te has tragado tu frustración cuando alguien te dice que tu opinión no cuenta porque sos mujer.

Compañero, me pronuncio también por tu novia, por tu esposa, por tu compañera, por tu hermana, por tus tías, por tus sobrinas, por tus hijas, por tu madre, porque a ellas también les pasa, porque ellas también se callan, porque ellas también se conforman, porque a ellas también les dicen que “así son las cosas”. Por ellas, porque también les tocaron las nalgas en el colectivo y no te lo dijeron por vergüenza, por ellas, porque también les dijeron groserías cuando iban por la calle, pero no te lo dijeron porque también aprendieron a quedarse calladas.

La próxima vez que sientas el impulso de decirle a una mujer cómo debe sentirse o cómo debe reaccionar ante una transgresión a su individualidad, repetite lo siguiente: Ella no está pidiendo tu opinión, ella no quiere que le digás cómo sentirse, ella no te está pidiendo instrucciones de cómo debe reaccionar, ella se está expresando con descontento y rebeldía, así que no le digas que “así son las cosas”, porque NO, así NO son las cosas, no contribuyas a normalizar las agresiones porque eso es precisamente lo que haces. 

¿CUÁNDO FUE LA PRIMERA VEZ QUE TE ACOSARON?

La primera vez que me acosaron tenía yo 4 años, recuerdo que tenía esa edad porque mi hermana no había nacido aún, pero yo ya sabía and...